Mantilla en Buenos Aires Moda

Si me hubiesen dicho hace 5 años que me iría a estudiar Diseño de Indumentaria a Buenos Aires, no le lo hubiera creído. Si a la María José de 11 años le hubiesen dicho que a los 20 años tendría su propia marca de Diseño de Autor y desfilaría en Buenos Aires Moda, ella hubiese dicho que quiere ser doctora y que eso son puras mentiras.

Nunca me imaginé estar escribiendo este post a tan corta edad. Antes no sabía ni que me apasionaba, vivía centrada en un mundo de notas donde sacar 10 era lo más importante y eso no me dejaba ver que había más allá para mi vida. Cuando me vine a Buenos Aires y empecé la carrera no estaba segura si era lo mío o no.

Pero aquí estoy. Años después, en un país extraño, lejos de mi familia y amigos, y viviendo uno de mis tantos sueños que creía inalcanzables (al menos con sólo 20 años).

Tenía compañeros tan talentosos y yo creía que era una oruga al lado de tremendas mariposas llenas de creatividad y destrezas. Tenía miedo de descubrir que no era lo mío y tener que volverme a Ecuador. ¿Qué carajos iba a hacer si la moda no era lo mío? No quería imaginarme sentada en una oficina o haciendo cuentas. Así que le metí ñeque y me esforcé lo más que pude.

Poco a poco fui descubriendo que realmente yo no era tan oruga como pensaba. Quizá lo era cuando no creía en mi talento y me hacía menos comparado a los demás, pero me di cuenta que estaba destinada a ser mariposa. Sólo tenía que salir de mi capullo. Dios me dio este talento y por fin podía verlo reflejado en mis trabajos, en la crítica y en ciertas menciones que gané en la facultad.

Sigo sin poder creer que tuve mi primer desfile como diseñadora emergente hace 5 días. La sensación es indescriptible. La pase genial en el showroom, acomodé mi ropa en los armadores (perchas) y luego mandé mis outfits al back. Allí se encontraba mi productora Muriel, una chica divina que se portó de lo más conmigo.

Me encargué de escoger que modelo abriría y cerraría el desfile; estuve dando puntadas o haciendo mini arreglos de último minuto; me encargué de crear mi propia pista; de explicarle al encargado de las luces y al DJ como quería que fuera mi entrada.

Aunque suene super bobo estaba preocupada de como serían mis 35 segundos bajo el reflector cuando acabara el show. No sabía si iba a caerme, a llorar, a caminar encorvada, no sabía si asomarme o caminar hasta el final de la pasarela. Pero sin duda esos 35 segundos han sido de los mejores momentos de mi vida.

Ph JavoLifeOk

Cuando fueron las 5:30 aproximadamente le tocó a mi marca MANTILLA desfilar. Se apagaron todas las luces. Hubo un silencio largo y enseguida comenzó a sonar mi pista. Yo mientras tanto veía el monitor tras bambalinas con mis manos juntas cerca de mi boca. Me persigné, agradecí y respiré.

Es que pasan las horas y aumenta el número de víctimas por el poderoso terremoto de 7,8 grados que golpeó a Ecuador… Las cifras oficiales ponen en al menos en 238 la cantidad de muertos y más de 1500 heridos…

Y yo me largué a llorar.

No sólo por el nerviosismo, ni la emoción. En ese momento recordé todo lo que pasó en ese 2016, y que para muchos ecuatorianos esa fecha siempre será muy dolorosa por aquellos a los que perdieron. Sentí el dolor y la angustia de aquel 16 de abril revolverse en mi pecho.

A continuación les dejo fotos de los diez conjuntos que desfilaron.

Yo miraba desde el back y caminaba de un lado para otro sin dejar de ver el monitor. Escuchaba la música en el fondo pero me hubiera encantado poder verlo desde la pasarela. De pronto el productor me dice que es mi turno de salir. Unos cuantos segundos antes alcanzó a ver a Leila y a Vale que me saludaban desde un costado. Aquí ya tenía lágrimas acumuladas en mis ojos.

Salí por el costado derecho de la pantalla y me paré enfrente de mi logo. Observé todos los flash y vagamente recuerdo oír los aplausos. Sólo veía que la gente aplaudía pero no los escuchaba, según yo fue la adrenalina. Llegué hasta el final y me paré un par de segundos.


Ph Nicolas Cannizzaro

Yo sólo lloraba y gritaba dentro mío. A la vuelta abracé a mis modelos pequé otro mini grito onda ‘no puedo creer que este pasando de verdad esto’ y seguimos de regreso.

Fue un momento inolvidable. Como escribí en mi caption de Instagram «Meses de trabajo y tan sólo 35 segundos bajo el reflector.»

Ph Nicolas Cannizzaro

Mil millones de gracias a todos. Fue un sueño vuelto realidad y el comienzo de todo lo que sigue. No se rindan. NUNCA. Ni en la cosa más chiquita hasta el sueño más loco que tengan. Primero se persevera en lo poco y luego en lo mucho.

Termino con mi versículo favorito.

«Porque nada hay imposible para Dios.»

Lucas 1:37
Ph Ziqian Feng
Sígueme

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.