Realmente no sé cómo empezar a narrar esta experiencia que no imaginé que cambiaría mi vida por completo, pero aquí voy. Hace un año empecé a organizarme y ahorrar para poder participar de la JMJ Panamá 2019. Teníamos planeado viajar con mi mejor amiga a la Jornada, pero por situaciones adversas ella no pudo asistir. Pero ella sabía que la llevaba conmigo siempre en mi oración.
El día lunes 28 de enero emprendí el corto viaje desde la ciudad de Guayaquil hasta Panamá sin conocer a ninguno de los 132 peregrinos con los que viajaba en el avión. Esperaba que a lo largo del viaje pudiera conocer al resto de los peregrinos un poco más y hacer nuevos amigos.
Llegamos al aeropuerto y luego nos trasladaron a la parroquia Nuestra Señora del Carmen en Juan Díaz, la cual sería nuestra sede y el principal centro de acogida de algunas delegaciones de México, Colombia, Canadá y Ecuador. Apenas nos bajamos del bus los ciudadanos panameños nos recibieron con banderas, carteles, globos, silbatos y música. El himno de la JMJ sonada en el fondo. “He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).

Mi estómago se revolvió y hasta tenía ganas de llorar de la emoción, realmente me habían tocado el corazón. Nunca me había sentido así en mi vida. Nos abrazaron y luego nos invitaron a bailar con ellos música tropical panameña. La verdad me divertí mucho. Ahí fue donde conocí a Sara, Cynthia, Diego y Santiago. Mis amigos peregrinos con los que pasé durante toda la Jornada.
Nos asignaron familias de acogida y debo decir que la nuestra fue una de las mejores. La señora Semiramis y su familia nos recibieron con todo lo mejor, nos hacía el desayuno y nos preparaba snacks para llevar en el día. Y aunque ella no estaba obligada a hacerlo igual lo hacía desde el amor y caridad, y por eso y mucho más le estaremos agradecidas por siempre.


Durante los siguientes días estuvimos yendo a las parroquias asignadas para recibir catequesis, celebrar la Santa Misa y seguir conociendo a peregrinos de otros países. El día jueves asistimos a una charla muy interesante dictada por un matrimonio joven misionero de Costa Rica. La charla se llamaba “Como conquistar a tu crush y salir de la friendzone”. Disfruté mucho de la charla, nos hablaron sobre la vocación, la castidad y el amor.
Al finalizar la charla otro de mis sueños que la JMJ me cumplió fue el de reencontrarme con una de mis mejores amigas en Cristo que no veía desde hace dos años porque ya que actualmente vive en República Dominicana.

Fue un día lleno de alegrías y encuentros especiales ya que ese mismo día vimos al Papa y luego durante la inauguración de la JMJ el Papa Francisco dio un discurso maravilloso. Esta fue de mis partes favoritas:
“Venimos de culturas y pueblos diferentes, hablamos lenguas diferentes, usamos ropas diferentes, y cada uno de nuestros pueblos ha vivido historias y circunstancias diferentes. Cuantas cosas nos pueden diferenciar pero nada de eso impidió poder encontrarnos y estar juntos, divertirnos juntos, celebrar juntos, confesar a Jesucristo juntos. Ninguna diferencia nos paró.”
Papa Francisco, JMJ Panamá 2019

Otro de los momentos significativos de la JMJ fue cuando nos topamos con un grupo de peregrinos de Corea. Es difícil explicar lo que sentí, pero estaba en shock. Siempre pensé que como la gran mayoría de países de oriente y Asia profesaban otras religiones como el budismo y el islam, nunca imaginé ni en mis sueños más locos que algún día me encontraría con algún católico de aquellas partes del mundo y pudiera conversar con ellos e incluso intercambiar recuerdos de nuestros países.
“Ustedes quieren ser constructores de puentes, no de muros.”
Papa Francisco, JMJ Panamá 2019


Sin embargo, Jesús quería que fuera testigo para que aquella llama de esperanza que sentía que se estaba apagando volviera a encenderse para nunca más apagarse. Pude conocer peregrinos de Corea, Japón, Dubái, Malasia, Líbano, Siria, India, Islas Marianas del Norte, Australia y Lituania. Y también de países africanos como Uganda, Sudáfrica, Kenia, Ghana, Senegal, Egipto y Angola.


Y aunque estos peregrinos no venían en grupos grandes como Polonia o Colombia, el simple hecho de que hayan volado desde tan lejos y verlos ahí me llenó de alegría y sobretodo esperanza. Y sé que cada vez de profese el credo y diga “creo en la iglesia que es UNA, SANTA, CATOLICA Y APOSTOLICA” me acordaré de todos ellos y nunca más me sentiré sola. Porque sé que a cualquier lugar del mundo donde vaya, aunque sea el más recóndito, podré encontrar aquella llama inextinguible de Jesucristo.


Para concluir quería contarles algo más. El calor allá era insoportable, los pies se te acalambraban de tanto caminar, pasabas horas y horas expuesta a un fuerte sol que te quemaba, te morías de sed y creías que ya no podías más. No te voy a mentir. Pero nada de eso se compara a todo lo que te da aquella maravillosa experiencia como es la JMJ.
Y les comparto esta parte del discurso de la Vigilia que me tocó el corazón:
“Solo lo que se ama puede ser salvado. Vos no puedes salvar una persona, no puedes salvar a una situación si no la amas. Por eso nosotros somos salvados por Jesús porque nos ama. Solo lo que se abraza puede ser transformado.”
Papa Francisco, JMJ Panamá 2019

Y con esto termino. ¡NOS VEMOS EN PORTUGAL 2022!

“María sin quererlo ni buscarlo se volvió la mujer que más influenció en la historia. María es una influencer, es la influencer de Dios. Con pocas palabras se animó a decir sí y a confiar en el amor y las promesas de Dios. (…) Hoy nosotros tenemos que dejar que Dios renueve algo en nuestro corazón. ¿Qué quiero yo que Dios renueve en mi corazón?”
Papa Francisco, JMJ Panamá 2019