¡Hola! Retomando nuestra sección de #ContraCorriente y por sugerencia de Valentina Gonzalez (subscriptora de nuestro canal de YouTube) acá les traigo algunos tips que yo implemento para tener una buena confesión cada vez que voy a acercarme al sacramento. Espero les sean útiles.
¡Empezamos!

1. Examen de conciencia
Para mí es algo esencial hacer el examen de conciencia, sobre todo si ha pasado bastante tiempo desde mi última confesión.
Yo ,como antes lo mencioné, me suelo confesar pasando dos semanas aprox. No olviden que la frecuencia varía dependiendo la persona. Cada uno tiene su propia medida y la mía es 14 días.
El examen ayuda a que hagamos un repaso breve de nuestros últimos días, semanas, meses o años. Y que recordemos si cometimos algún pecado contra los demás o contra nosotros mismos.
Por lo general encuentras varios en línea, como este del Opus Dei que me parece muy bueno y un montón más. En mi parroquia de Guayaquil, María Madre De la Iglesia de Los Ceibos teníamos dos tipos distintos cerca de los confesionarios.
Acá les dejo dos distintos. El más corto que hace un repaso más breve y el extenso que tiene más preguntas para reflexionar más y cavar más profundamente. (Ideal para personas que no se confiesan hace mucho tiempo)
2. Notas
Otra cosa que suelo hacer para no olvidarme de las cosas, es ir anotando cada vez que algo atenta contra mi estado de gracia. Así guardo de no olvidarme de nada en mi próxima confesión.
También lo hago el día que voy a confesarme. Escribo mis pecados en la notas de mi celu o en un post it, así si me llega una laguna mental durante la confesión miro de reojo y continúo. Obvio, hay que guardar de escribir súper simplificado los pecados o en claves que sólo vos entiendas. Así después si pierdes el papel no estarás ansioso/a porque alguien lo vaya a leer.
Eso suele evitarme el mini ataque cardíaco que me da cuando olvido mi lista mental de pecados durante la confesión y luego de decir un par de ellos trato de acordarme el resto y hay un minuto de silencio. Entonces el padre piensa que ya acabé y quiere darme la absolución y yo onda «no padre, espéreme» jaja.
3. Cosas puntuales
Si hay algo que me saca de onda es que la persona que está delante mío se demore la mitad de la misa confesándose y que yo al final de la mía no alcance a comulgar. (Triste pero pasa más de una vez)
Así que para colaborar con la persona que tengo atrás mío y trabajar la caridad, siempre trato de hacer mi confesión rápida. No me malinterpreten, rápida no significa mediocre.
Acá uso mi tip anterior, las notas me ayudan a que no me vaya por la constante , y el examen de conciencia a que no esté pensando en el ‘¿qué más me falta?’ por el ‘corre corre’ del momento.
Si por ejemplo caí en el pecado de la mentira, no tengo porque contar todo el contexto ni aún peor andar contando porque Fulanita es la culpable de que yo haya mentido. Tengo que confesar mis pecados no los de los demás. La dirección espiritual es más recomendable si quieres conversar más profundamente con el sacerdote y tener un seguimiento espiritual mes a mes o más frecuente.
4. La piedra más pesada
Este mega #MajoTip que les voy a compartir me lo enseñaron en uno de mi círculos. (Formación del Opus)
Hay una historia sobre una persona que tenía que llevar un montón de piedras de una orilla del río a la otra. Las piedras eran de distintos tamaños por lo que es evidente que unas pesaban más que otras. ¿Cuál creen que fue la primera piedra que dejó?
Exacto.
Aquella que pesaba más.
Lo mismo funciona con nuestros pecados. Tenemos que empezar con aquel que más nos cuesta contar, que nos da más vergüenza o ‘cosita’. Así podemos continuar con el resto sin estar dándole vueltas a la cabeza sobre ‘qué pensará el cura de mí’. Recuerda que es Cristo quién está ahí escuchándote y dispuesto a perdonarte todo lo que le cuentes con humildad.
Además te evitas de dejarlo al final y quizá llegar a olvidártelo o que te de tanta vergüenza que elijas no decirlo. Qué es incluso peor. Necesitas un par de segundos de valentía para decirlo de inicio y después seguir con el resto.

5. No darle mucho cuento
Por lo general lo que voy a contarles a continuación ocurre por el mismo factor de la vergüenza.
No les pasa que hay cierto pecado que nunca cometieron o está ese que siempre vuelves a cometer y no quieres que ESE sacerdote que te va a confesar lo vuelva a escuchar. Así que empiezas a contarle un cuento larguísimo con una labia tremenda y le das tantas vueltas para que al final no suene como algo tal malo… ¿Si?
Bueno bienvenido/a al club. Me pasó un montón de veces cuando era más chica y eran de mis primeras confesiones.
Y no está bien. Debemos ser sinceros y sobretodo VALIENTES. Tener 1 minuto de coraje y decir nuestro pecado aunque fuera el peor delito de todos.
Al fin y al cabo aunque el mono se vista de seda mono se queda, es decir, no importa cuanto quieras disfrazar la mentira esta va a seguir siendo una mentira y muy en el fondo el que está arriba sabe todo lo que guardamos en nuestro corazón.

6. La Yapa al final
Otro #MajoTip es implementar la frase «Y de todos los pecados mal confesados y olvidados» o su otra versión «Y de todos los pecados que no recuerdo» al final de cada confesión. Por si es que realmente te olvidaste de alguno durante tu confesión o de aquellos que ni nos dimos cuenta que cometimos.
OJO: Este tip no sirve para evitar decir un pecado y queramos ocultarlo, sino sólo para casos en los que realmente no nos acordamos de ninguno más y por las moscas la agregamos.
Les adjunto este post de Catholic.net sobre Los Pasos de la Confesión que está muy bueno y completo. Además les dejo este extracto que encontré allí mismo para advertir las consecuencias en caso de usarse indebidamente el tip de arriba.
«Omitir voluntariamente la confesión de pecados graves o circunstancias que cambian la especie o callar voluntariamente algún pecado grave hace que la confesión sea inválida y sacrílega.»
También les dejo mi post donde les cuento mis Tips Para Una Oración Más Fácil. Espero que mis tips les hayan servido de ayuda. Si les gustó compartanlos con sus amigos. ¡ÁNIMO, mucha suerte en sus próximas confesiones y no se olviden de ir #ContraCorriente! 🙂